GUÍAS PARA POTENCIAR EL FUNCIONAMIENTO DE NUESTRA MENTE. Nacimos con un cerebro prodigioso. Capaz de formidables tareas. Creado para llevarnos a la cima. Un poderoso instrumento para dejar nuestra impronta en la tierra. Sin embargo, ¿qué hacemos? Desperdiciamos miserablemente todo ese potencial, echamos a la basura nuestras posibilidades, perdemos tontamente nuestro tiempo y nuestra vida. Es un verdadero acto de locura. Salvo las personas que nacen con un gen recesivo, como los que nacen con el Síndrome de Down, o aquellas que padecen una infección del cerebro, una meningitis, por ejemplo, o las que por un accidente han perdido parte de su masa encefálica, todas las demás personas por lo general poseemos cerebros sanos y perfectos. Pero el cerebro es la materia prima, el terreno. Qué plantemos en ese terreno decidirá qué frutos cosecharemos de él. Y esa es, sobre todo, nuestra responsabilidad. Es verdad que hay personas que nacen en condiciones mejores que otras. Pero también lo es que eso condiciona, pero no determina. Hay una elección personal, una decisión personal, una preferencia. Y una conducta que responde a esa decisión. La vida nos coloca dificultades, mas no imposibilidades. Nos reta, nos desafía, nos prueba. Ahora, que entramos en la sociedad del conocimiento, el cerebro cobra una importancia capital. El es nuestra tabla de salvación, si lo entrenamos, capacitamos, disciplinamos, activamos. También puede ser nuestro verdugo, si no maleducamos, le permitimos caer en rutinas acríticas, en la pereza, en la indisciplina o en la superstición. El cerebro es una herramienta: puede ser un recurso vital o un recurso mortal. Tuya, mía, es la elección. ¿Qué haremos con nuestro cerebro? ¿Qué le permitiremos? ¿Hacia qué rumbo lo enrumbaremos? Tenemos un regalo de Dios, lleno de talentos, dones, posibilidades. Mostremos nuestra agradecimiento, sacándole el máximo provecho a ese regalo:
http://www.scribd.com/doc/7496241/Sea-usted-una-computadora-humana
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