EL ENFOQUE MÁS REVOLUCIONARIO SOBRE LA INTELIGENCIA HUMANA. Debemos a Howard Gardner haber pulverizado el mito del IQ. La prevalencia de las inteligencias lingüística y lógico-matemática oscureció otras maneras en que la inteligencia humana se expresa. Parecía que sólo los que eran hábiles de palabra, tanto oral como escrita, o los dados a cálculos y habilidades numéricas, eran los únicos inteligentes. ¿Y los demás? Ignorar los desempeños sobresalientes en otras áreas no era en nada inteligente.
Gardner estructuró las inteligencias por sus manifestaciones. Así emergieron la corporal o cinética, propia de los deportistas y bailarines; la musical, propia de los instrumentistas y cantantes; la espacial, propia de arquitectos y escultores; la intrapersonal, que caracteriza a las personas capaces de mantenerse equilibradas, recursivas y resilientes; la interpersonal, propia de aquellas que interactúan con éxito con otras personas, tales como políticos, comunicadores, vendedores, etc., la natural, empleada por naturalistas, biólogos y herbolarios, capaces de clasificar, distinguir y organizar la diversidad natural; la espiritual, que distingue a personas que desarrollan su vida interna y alcanzan altos niveles místicos; y la inteligencia de salud y bienestar, propia de individuos que cuidan su cuerpo, lo nutren, entrenan y ejercitan, llevándolo a un nivel de performance sobresaliente y extraordinario.
Este nuevo enfoque revolucionó nuestra comprensión sobre la inteligencia y mostró que el ser humano la expresa de manera diversa. No todos tenemos desarrollada de igual manera nuestra inteligencia. Una persona puede tener una gran inteligencia lingüística o lógico-matemática y ser bien subdesarrollado o incompetente en la inteligencia musical, espiritual o de salud y bienestar. Casos así abundan. En Estructuras de
http://www.scribd.com/doc/7347450/Howard-Gardner-Estructuras-de-La-Mente
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